martes, 11 de agosto de 2009

_Condicional_



Mañana cuando despiertes, mirarás a ambos lados. Se colará el desafío y no encontrarás ningún reproche.
Malditos sean mil pares de veces los minutos que te tuve y no te desarmé a mordiscos hasta el aire. Malditas las esperanzas que, aún, juguetean en el cielo de mi boca como si te lamiese el costado del cuello, allí mismo donde se te derrumbaba la sangre.
Se pasean las mariposas y aletean. Míralas.
Apartaría del camino los silencios y te prestaría mi atención sin pestañeo. Pero es tan tarde, tanto y tanto.
Los ojos se me cierran.
Es la daga que metía entre los dientes, para camelarte, un cruel disfraz de caza que me despierta con ansia a medianoche.
Cuando se me muera el desaliento; tampoco lo reconoceré, cuando sea temprano y tú consideres a bien lo oportuno; no iré tampoco.
Mi casa esta a cinco milésimas de piel de la tuya, un simple dedo rozaría la absoluta paz pero los puentes han jugado a esconderse y a mi me ha vuelto a encontrar el sueño.



Si pudiese arremolinar la espera en puñaditos
no asesinaría al contraluz cada relente de sudor.

Entonces,
entonces respirar sería como un beso
y me partiría como una grácil flor a tu suave paso.

En cambio me refugio con las palmas a los hombros
cargando mi corazón a la espalda y
peinando caminos con la punta de las uñas.


Desnudos siempre fuimos dos iguales.
O eso me temí.


Hoy el brillo de tu mirada
sigue agolpándome la sangre contra el cielo de la boca
pero el ahogo posible no lo tuve a cuenta.

2 comentarios:

PanteraNegra dijo...

Si fueses hombre te ataba a la pata de mi cama con un cuaderno y un lapiz, te libras porque soy tremendamente hetero. Dile a tu chico de parte de esta pantera, que si se le ocurre hacerte daño se las verá conmigo.

Angelosa dijo...

Y conmigo tambien se las vera, has venido inspirada de las vacaciones, espero que lo hayas pasado muy bien.

Un besazo