jueves, 25 de junio de 2009

_El dos (... y su ilógica sencillez)_

Se vengó de nosotros el tres,
quedé sola,
se volvió tan enorme la vida
tan transpirable el aire.
No soporté el memento
me cubrió la inventada vergüenza.
Sólo con el impertinente dolor
aprendí a convivir ausencias.
Me mató toda.
Me quemó toda.
Me arrastró toda.
Y me dejó con vida
sintiéndome una
impar y perdida.

sábado, 13 de junio de 2009

_de mi_

Los colchones no tienen lágrimas
ni siquiera los estribillos de un mensaje
rozan como los dedos
cuando secan una mejilla.

Cuando se rompe un corazón
el eco de un paseo se vuelve
la mejor excusa para sentirse en compañía
y la lluvia el abrazo mas sencillo.

Luego entre las sábanas se tumba el tiempo
y las pestañas sin voz
paren incontroladas penitencias.

Será que estoy y no me parezco
y un mas o menos es el sendero
mas firme que echarme a la boca.

martes, 9 de junio de 2009

_Cortito para un intenso_







No pretende la mas sin igual belleza
prender de brillos los anulares,
ni la nocturna espera
hallar sobre sabana
mandingo alguno.

Si la paz invadiera el tímpano
con agrestes sones
y, el vello de la nuca se erizase
sería innecesario excavar mas profundo
para asirse a un diamante.

miércoles, 3 de junio de 2009

_destreza_



A ver si miras donde me pones los dedos, ¿en qué lugar se te ha olvidado la destreza? ¿en qué oscuro intermedio pariste el bostezo que aún te dura?


Como el franco chasquido de un par de yemas, se me moja la mañana, pero sólo cuando las legañas han abandonado el edificio, nunca antes. Lo peor es que lo sabes.


No me vendas la fina línea del sudor mas frío por un café y un ajetreo, no, no compro.


Me voy a preguntar, un par de minutos, dónde está el asiento de atrás de tu bólido, o la oscuridad tras la última ronda, o mi falda engalvanada por tu ahora, o tu cuello al contraluz de mis abrazos.

Ya ves: una mesa camilla me parece un hervidero y una perfecta esquina, con su tosca levedad, se me dibuja el escenario perfecto.


A ver si te arrodillas mas de cuando en vez y me sorprendes.

A ver.

A ver si me arañas la espalda hasta marcarme porque no te encuentro, que no me valen mas que los aplastamientos sin sentido y las faltas de aire contra el descuido de tu pelvis.


Ahora sigamos haciéndonos los locos felices si quieres, pero rebáname esta noche de alevosía el pensamiento que ya no se aguantan más mis dedos en el bolsillo de la paciencia.


…o eso