jueves, 22 de octubre de 2009

_ ese día _




El día que me olvides, bajaré las escaleras
como si el dos y el tres no se persiguiesen.
Los precios de los zapatos y los colores de las gargantas
tentarán a las garrafas de amor, como si en los caldos puros
te hubieses ahogado y ahora la terca costumbre
se te comiese, con las manos, la luz que excelsa te envolvía....

Caminar con los pies por no caer al precipicio
es como deambular sin rumbo.
Te pintas el cielo al gusto pero no es tuya la paleta,
así llega la sequedad al paladar y uno acaba por huir,
como si una bocanada sin aire se le tragase vivo.

Más allá de la nada he jugado al juego. Más allá.
Y estoy tan cansada.

Aún recuerdo la dulzura de no tenerte,
aún se que fue un limbo, pero tan gozoso.

Ahora el miedo recorre cada extremo
y, el no guardarte, me hace mas vulnerable
que la hojuelilla mas serena ante la mera brisa pasajera.