viernes, 8 de octubre de 2010

_ir_a_



Hay palabras que te rumian el corazón sin darte cuenta y, se injertan al alma para luego no salir.

Palabras que forman esa misteriosa curva que se une a tu silencio en el desfiladero de mi flequillo. Esas pequeñas, impulsivas y agresivas que vocalizan, algún por qué, en la cadencia de tus brazos, esas que esquinita a esquinita voy domando.

No me enfadé, sólo cerré por un momento los parpados y mi alma se deshizo en migajitas extrañas. Formas que casaban a la perfección formando el puzzle estúpido que como una pegajosa tela, se me pegó a las pestañas.

Ahora que lo pienso no, no era enojo lo que me inundaba, era un gozne de la llave intentando planchar la manida ropa, alisando el paso del calendario para no dejarse ni un recuerdo.

No, no insistas. No hubo ira. Era un baile pegadito de valijas que exudaba por los ojos rezumando sólo prisas, por no desplantar las huellas y volverse roca a la que cualquier marea refresca.


Este conleche corto y aquella sonrisa,
esa desmedida paz y mis manos,
ahogan calmas en la siniestra sacarina
y revuelven mi ego desterrado.

Hoy no diré, no, que no he cambiado.

Este anular prendido a tu tesoro
con quinientos folios cual excusa
y, la columna, el estómago y el decoro
calzándose a la mas puta de mis musas.

No diré que no he cambiado.
Que no.