miércoles, 25 de noviembre de 2009

_tontadas_



No sabes las veces que me detengo a contar bocanadas de aire, no lo sabes.


Últimamente las faltas me han desbordado, me refugio en mis penas y sólo hablo de tonterías.
La luz no se pone tenue para recitarte verdades ni tengo gana de ello.
Como una capa opaca el silencio se recuesta y yo me dejo.

No es necesario que lo entiendas.

No recuerdo el último de tus abrazos sin motivo y, a veces, me siento tan sola. No temas, no, sólo confieso al techo estas palabras.
Será que no importa.

Si lo repito muchas veces, como si fuese verdad, se me revuelve el estómago en la parte encarcerada donde, aún y por siempre, sabes que te guardo.
Otra bocanada.
¿Hace frío, no?


...si quisieras: pero ni lo quieres, ni yo te dejo. Recorro mil paisajes. Las piernas se resienten y me lleva el dolor del cuerpo a no sentir ni el alma.

Otra más, otra bocanada.

Cuando quieras abrazarme despeja la ventana y, tras el vaho, verás quien soy, por si no lo recuerdas y te lías caminando sin sentido.

Búscame en la sencillez, esa que sabes es la única que nos cubre como una sábana sin casualidad y nos guarda el mas valioso tesoro.

Otra, la última bocanada. No hay más...

jueves, 12 de noviembre de 2009

_Insomnio_

Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie lo sepa.
ÁNGEL GONZÁLEZ


http://www.photoshop-designs.com/Imagenes/16881(4)/tangledangelsibytemporata6.jpg

Hay noches en las que me he sentido sin mi
y ni siquiera yo misma lo he notado.

Embriagada de todo y harta de mecer,
el preludio del baile, como humo,
ha callado las teclas del deseo.

Hay unas escondidas rosas bajo mi cuerpo
y, aunque a veces me parezca que tocan a réquiem
sus ansiados y caídos pétalos
no conocen las prisas ni el potaje que les baña.

Hay noches en las que envuelta de insomnio
deambulo por tu espalda,
noches absurdas agarradas al pestañeo
del reloj vacilando impenitente.

Otras, como los últimos paseos,
intiman desollando la poca carne que aún me guarda
y te veo de lejos escupiendo el dolor.

Sería tan sencillo colgarme de tus besos
no verte las entrañas desgarradas contra cada esquina,
tan fácil plisar la falda y masticar la carne
fingiendo el hambre del que arrulla,
sí,
si lo sería,
sería tan fácil.
Tanto como tapar con un paño oscuro al pájaro cantor
y eludir su tristeza y desahogo.

A veces hay noches,
noches en las que dormir es un martirio
y no pegar los ojos es gloria bendita.
Pero no son las mas y sí las menos.