
Me he secado por dentro y tan a gusto...
En el rellano de tu lengua me he venido a morir
en la punta rala de tu sueño,
en tu hastÍo desgaste.
Me he marmitado a lento fuego
como cuando te corre el corazón y no la hora.
A tu cara he postrado mi libido
y el índice desbocado de tu ausencia.
No me retes que arranca el aire tu pecho
y, sólo, los ojos abiertos aciertan a perdernos
porque eres de mi huella el cáliz
y el arrebato de mi pobre cuerpo.
He acertado a clavarte entre susurros
para prendar tu caldo entre mis carnes
para arañarte de verdad
entre promesas que no yacen.
No te quedes. Estoy tan sola de mi.
Tan perdida. Tan quieta.
...tan tuya.