Dad palabra al dolor:
el dolor que no habla gime en el corazón
hasta que lo rompe.
_William Shakespeare_
Te tenía que decir tantas cosas, tantas...pero me quedé con el corazón en los labios y tu rabia en la retina.
No te tenía que haber llamado...pero no conozco el orgullo y sabes que nunca practicamos la amistad. Ibamos más allá, mucho más.
Seguiremos siendo un par, a pesar de todo.
Llegará un día en el que esto nos parezca una broma. Llegará un día en el que esta década y media nos parezca un pequeño latigazo solamente y no esta angustia, que se me ha agarrado al pecho de tal manera, que aún es capaz de abordarme el lagrimal en el momento menos oportuno.
Esta pena que no se me va de aquí del medio.
Lloro, sí, así es, pero el otro día te dije que todo estaba bien, que no te preocupases porque el no tenerte sólo me dolió al principio.
Saqué mi sonrisa mas divina y me temo que has tragado como si en verdad quisieses creer en mi fuerza o, que así te lo creiste por no salir de mi vista con el corazón mas dañado.
Soy tan cobarde, lo malo es que lo sabes.
Es tarde para echar a correr. No, no correré mas, no me apetece.
Ya es tarde, tan tarde.
No tengo piernas ni brazos que me impulsen. Te los quedaste tú, sin notarlo, en nuestra última conversación.
No me opuse tuyos son.
Lo demás no tiene mucho sentido y ya, ya he dejado de respirar contigo tantas veces.
Nunca te dije que fuese facil, ni te guardé en un pedazo de papel de seda juramento alguno.
Sólo llené tus pies de rosas frescas y acabaste viendo únicamente las espinas. Teoricé sobre un imposible y te arranqué en los suspiros la única verdad que me has calado.
Será mejor que en mi vida ocurra algo tan cegador que te quite por siempre de mi vista, será mejor, será....